Una bandera roja, azul y blanca ondea y se recorta en el cielo claro y limpio, rodeado de las aguas del Caribe. Sentimos bajo nuestros pies el cálido roce de una arena que apenas toma la temperatura de un sol fuerte, presente, pero dócil con aquello en lo que se posa, como si solo quisiera acercarse y disfrutar de ese paisaje que ve desde lo alto. En medio de esa extensión de playas, de esa llanura repleta de mar, resaltan palmeras y concentraciones selváticas de plantas con su aroma...
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